En los últimos 3 años, mi familia ha sido testigo de nuestra parte de experiencias traumáticas.
Como la mayoría, en 2020, nuestro mundo se puso patas arriba. Mis hijos estaban allí mismo en las trincheras, junto a nosotros, aferrándose a la luz de la esperanza.
Nuestras vidas pasaron de poder movernos libremente, a estar confinados en nuestro hogar... inseguros de lo que traería el tiempo. Observé cómo mi hijo mayor y mi hija luchaban con la escuela y no podían interactuar físicamente con sus compañeros. Observé cómo trataban de procesar a un ser querido que fallecía repentinamente, sin poder despedirse. Observé, mientras ellos observaban el duelo de sus seres queridos, y se preguntaron por qué sucedió tal tragedia en su familia.
Estos últimos años me han enseñado mucho sobre la salud mental y me doy cuenta de lo vital que es reconocer los signos de sufrimiento y enfermedad mental. Enseñarles a ser conscientes de su propia salud mental (o de quienes los rodean), ayudarlos a reconocer los desencadenantes, brindarles estrategias de afrontamiento y adoptar prácticas intencionales como familia son esenciales para su salud.
Como familia, tenemos muchas conversaciones sobre la salud mental y aprovechamos todas las oportunidades para ayudarnos unos a otros. Descubrí que las prácticas familiares y los libros ayudan a mis hijos a ser más abiertos sobre sus sentimientos o luchas.
Prácticas que ayudan en nuestra familia:
Abra el piso: Abra la palabra para que los niños expresen sus sentimientos sin juzgar. Esto siempre se hace con respeto tanto a los niños como a los padres, por lo que no se cruzan límites, valores o reglas familiares.
Generar confianza: Generar confianza lleva tiempo, y lo mismo puede ocurrir con sus hijos en crecimiento. Cualquier información compartida permanece dentro de la unidad familiar, a menos que se necesite más orientación o asistencia externa.
Establecer estrategias en su lugar: Cada familia y cada niño es diferente, encuentre estrategias que funcionen para su familia. Ya sea lectura en voz alta, terapia, retiros familiares, prácticas de atención plena, etc., vale la pena implementar estrategias para beneficiar a toda la familia.
Aquí hay una lista de algunos libros o herramientas conscientes que usamos en nuestro hogar:
-El niño con grandes, grandes sentimientos por Britney Winn Lee
-Respirar lo hace mejor por Christopher Willard
-Atrapar pensamientos por Bonnie Clark
-B es para respirar: El ABC de hacer frente a sentimientos irritables y frustraciones
-Desacelerar: 30 tarjetas de actividades conscientes de Emily Sharratt
Hacer botellas calmantes simples
Las botellas calmantes son excelentes para las manos y las mentes pequeñas, cuando se necesita un momento de paz.
Los biberones calmantes son fáciles de hacer y puede usar muchos artículos simples que se encuentran en el hogar. Nuestra botella calmante favorita es una simple mezcla de agua y gotas de agua.
Suministros necesarios:
-Botella con tapa (se puede comprar en Amazon o en su tienda de manualidades local)
- Cuentas de agua empapadas (usamos nuestras cuentas de estanque de juguetes de madera Chickadees, o puede comprar algunas en Amazon).
-Agua
-Pistola de pegamento
Llene la botella con aproximadamente 1/3 de gotas de agua empapadas. Luego agregue agua, dejando un poco de espacio para el aire. Agregue pegamento caliente a la base de la botella y luego asegure la parte superior.
Espero que todos hayan disfrutado esta publicación.